martes, 3 de diciembre de 2013

INMIGRACIÓN





La valla de la vergüenza

 

 Abeja laboriosa  

Cuando visité Melilla, uno de mis objetivos fue conocer su cultura a través de sus religiones, sus mercadillos, sus gentes, sus callejuelas,… y por supuesto su situación geográfica.
Es esto lo que más me impactó, por lo diferente que se nos ofrece cuando lo comparamos con otros destinos turísticos. Melilla es así, porque está ahí. Es Europa en África.
Como parte de Europa queremos que disfrute de todas las bondades de un país desarrollado. Esto lo queremos nosotros pero nos cuesta muchísimo entender, que lo puedan querer los vecinos. No solo eso: nos cuesta muchísimo entender que los vecinos también tengan el derecho de poseerlo.
Para marcar esta diferencia se creó el estatus social que en Melilla se manifestó físicamente. Había que parar la marea humana que manaba incesantemente hacia nuestros países, y pararla de golpe. NO PASARÁN.




A medida que me iba acercando a la valla de la vergüenza, sentía como iba empequeñeciendo, sentía frío y  sentía miedo. Quería tocarla para poder creer lo que estaba viendo pero alguien a mi lado dijo:
- ¡Ten cuidado!, hay policías en las garitas y pueden ponerse nerviosos.
Me paralicé…………
No pude continuar porque el temor embargaba todas mis reacciones.
Mi mentalidad europea reaccionó por fin y pude suspirar: “Menos mal que estoy a este lado”


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